lunes, 30 de junio de 2008

"Montenegros y Caracoches"

Comenzado el segundo año de su presidencia en el Real Madrid, Florentino Pérez, casi por casualidad, se encontró con la “solución mágica” a los problemas del Madrid: el famoso “Zidanes y Pavones”. En esa histórica frase se resumían las aspiraciones del club en ese momento: Invertir dinero solo en grandes estrellas del futbol mundial, recuperar las divisiones inferiores y junto con eso la identidad futbolística de la institución, y por último equilibrar la economía del club reduciendo el costo y la cantidad de jugadores de clase media (sin eufemismos: de mediocres).

Cuántos dilemas, cuántas opiniones y cuántas contradicciones que genera este presente de Independiente, ¿no? Por un lado, los mayores de 40. Ellos, los pocos testigos vivos de la época más gloriosa del club. Por otro, la franja sub 40 pero mayor de 25 la cual solo debió conformarse con las migajas de aquella gloria. Un par de campeonatos locales y un par de copas internacionales son todo el tesoro de esta generación roja. Y por último, el semillero. El hincha joven. Adolescente. Adolescente de gloria también. Aquel que como mucho tiene un gol agónico a Boca, un par de clásicos ganados y la fortuna de haber visto jugar al Kun Agüero. Si, ese que su viejo todos los domingos le repetía hasta cansarlo que era el sucesor de un tal Ricardo Bochini. Ese Bochini que algún desprevenido de esta franja lo conoció primero como una calle y después como jugador.

Así está hoy Independiente. A los grandes les duele el alma. A su paladar negro hace rato que no le sirven un buen banquete de fútbol. Los del medio están confundidos. No saben para donde disparar. Y el semillero, que vivió el peor de los infiernos, hoy cree estar en el paraíso. Vaya paradoja para un Diablo…

Hacer un estadio en la Argentina de hoy no es una aventura fácil. Es más bien un deporte extremo. De hecho el hincha de Independiente no ve la hora de que el nuevo estadio le de alguna alegría. Hasta ahora fueron todos disgustos. El estadio se robó las gambetas de Agüero, las atajadas de Ustari y los goles de Denis. Los buenos se van sin dejar más que buenos recuerdos y algunos puntos que sirven para que otros (no ellos) jueguen un torneo internacional.


Genera dilemas este presente de Independiente. Se quiere un estadio modelo pero con un equipo modelo también que lo use para levantar trofeos. El hincha veterano y con alguna sabiduría intenta explicarle al joven hambriento de gloria que todo no se puede. Que primero hay que terminar el estadio. Hay que volver a casa. “No hay mejor comida que la preparada en casa”, dice uno con el paladar negro reseco ya. Y la “clase media”, que un rato mira para el estadio pero no resiste la tentación de pedir refuerzos como sea sigue confundida.

La gran figura de Independiente hoy es Daniel Montenegro. Criticada, aplaudida, elogiada y agredida pero figura al fin. El resto del plantel está conformado por algunos juveniles ya consolidados en primera (prestos a dejar el nido vacío), algunos juveniles resistidos, algunos juveniles dando sus primeros pasos, jugadores de clase media (ver más arriba sin eufemismos) y Lucas Pusineri.

Machín, Herrón, Oyola, Luna, Moreira, Vitti, Grisales y “los” Ledesma son a mi criterio algunos de los jugadores de clase media del plantel actual de Independiente. Esto es fútbol y seguramente en algunos casos no nos vamos a poner de acuerdo. Pero seguramente (y ojalá) nos vamos a poner de acuerdo en que hay una parte de esta historia de la cual no aprendimos nada si continuamos en la política de cambiar mediocre conocido por mediocre por conocer.

¿El hincha acepta resignarse a no disfrutar de los buenos jugadores para terminar el estadio? Está bien, lo acepta. A algunos les cuesta más, a otros menos pero lo acepta.

¿El hincha acepta que la plata surgida de las ventas de los jugadores sea para invertir en la nueva casa y no para traer refuerzos de categoría y por ende muy caros?
Está bien, lo acepta. Nuevamente hay divisiones acá pero nunca dije que no las iba a haber.

Pero hay algo que no debe aceptar ni el mayor de 40, ni la franja media, ni el joven hambriento de gloria. No más jugadores mediocres (no más eufemismos tampoco). Si no hay plata para traer refuerzos de jerarquía porque hoy la prioridad es el nuevo estadio, Comparada debería ponerse el traje de Florentino Pérez y armar un Independiente de “Montenegros y Caracoches”.

Es hora de recuperar nuestras divisiones inferiores. Aunque los Sosa y los Fredes sean resistidos. Para que los Calellos no sean relegados por los Herrón o los Ledesma. Para que Patito Rodriguez deje de ser Patito y pueda ser El Pato (te extraño José Omar). Y para que en nuestra nueva casa jueguen nuestros hijos de sangre roja y no huéspedes desconocidos.

NOTA: Este post esta dedicado al equipo de Argentina del cual soy hincha, sepan perdonarme los aficionados del Atletico.

1 comentario:

Unknown dijo...

me da risa pensar como te emocionaste cuando viste "1 comentario" ..... y luego la decepcion.
Y ahora q lo pienso esta mal usada esa polemica palabra.
Saludos a todos los gallegos que leen tu blog, sepan q la eurocopa y wimbledon la pagaron, chau.